Librero.

5. Uno de viajes. Me confieso: no tengo lecturas sobre viajes. Podría decir que planeo leer algunos, El Corazón de las Tinieblas aunque novelado parece un libro de viajes. Los pasos Perdidos, otro clásico de la literatura, también pero me parece más un libro sobre la música que de viajes. Pero he buscado entre mis libros y encontré tres ejemplos de lo más cercano a novelas o relatos sobre viajes.

«Paisaje con Amigos» de Luis Zapata. Se trata de un libro de crónicas donde Luis Zapata, autor mexicano declaradamente homosexual, guapachoso y nocturno, nos lleva de la mano a través de un viaje que tenía la intención de comenzar en Guerrero y acabar en el Distrito Federal. Sin embargo la cosa se desvía en Guerrero llevando a Luis hasta Guadalajara donde durante algunos días nos relata sus caminatas por las inmediaciones de la Plaza del Sol, los distintos bares de la perla de occidente y la vida nocturna. Después el viaje hace escala en Vallarta donde las leyendas abundan. Desde la noche de la iguana, Elizabeth Taylor, las casas viejas y los shows de lesbianas, dominatrix y ficheras. Desde el inicio Luis Zapata nos advierte que no es un libro de viajes y tampoco es una novela, se trata del ejercicio de retener en pequeñas crónicas la propia experiencia del autor invitándonos a tener la nuestra. Libro maravilloso que se lee como los buenos alcoholes: compulsivamente hasta llegar a la resaca segura. Luis Zapata acertó en este pequeño libro por haber plasmado en poco menos de 100 páginas el mundo del cóctel explosivo, las anécdotas con amigos -por eso el Paisaje con Amigos- y la experiencia del doble viaje: el que va de un lugar a otro y el trayecto mismo que representa escribir.

«Kafka y la Muñeca Viajera» Jordi Sierra I Fabria. La anécdota que finaliza el libro ilustrará a quién deseé leerlo el porque

kafka

 

puede tratarse de un libro de viajes. Franz Kafka camina por un parque y de prono encuentra a una niña llorando. Éste se detiene y acab

a escuchando a la niña quien dice estar llorando porque perdió una muñeca. Entonces algo pasa con el

escritor checo y decide contarle una historia -lo que mejor sabía hacer- para que la niña deje de llorar. Y es así como nace uno de los libros más entrañables que he leído. Franz Kafka entonces inventa una historia donde la muñeca ha viajada por el mundo y eso explica su desaparición. A partir de entonces comienza a redactar una serie de cartas escritas por él mismo, donde simula un gran viaje al rededor del mundo, compra sellos y sumerge a la niña en sus historia. La muñeca viajera se convierte en el agente narrador de la historia que conecta a un escritor en los últimos días de su vida y una niña desconocida que tuvo una parte de la obra de Kafka personalizada, invaluable y con una profundidad poética única. Se trata pues de un libro entrañable, un verdadero tesoro cultural.

 

«Salida de Emergencia» – Fabrizio Mejía. Finalmente otro libro de crónicas donde el periodista Fabrizio Mejía realiza un ejercicio de encapsular momentos, sucesos históricos, personajes y anécdotas, notas rojas y lugares comunes en la moderna nación de México. Se trata ahora sí, de un viaje a lo largo y ancho de la República. Desde la sierra madre en Oaxaca, el obligado sur insurgente, el centro, occidente, el norte altanero y la re-invención de una país y sus historias. El estilo periodístico-literario de Mejía (heredero de Leñero, Monsivaís y Volpi) dotan al libro un suave fluir. Se trata pues de un viaje, literalmente, por el país donde la salida de emergencia parece ser la difusión y el optimismo que otorga la literatura.

salida

Un pensamiento en “Librero.

  1. El libro sobre viajes más famoso que conozco es, sin duda, «La Divina Comedia». En tan sólo tres días -Viernes Santo, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección del año 1300- Dante consigue hacernos visitar el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso en un periplo incomparable.
    Más en la tierra, puedo recordar los Viajes de Gulliver, lo mismo a la tierra de los pigmeos que a la de los gigantes o a las de los hombres-caballo. ¿Otro paseo extraordinario? El que relata en «Contacto» Carl Sagan, del que hubo una cinta cinematográfica estelarizada por Jodie Foster.
    Recuerdo con particular cariño «Una vuelta por mi cárcel», de Marguerite Yourcenar, evocación de sus viajes por esa cárcel que es al final de las cuentas nuestro planeta y nuestra vida. De años pretéritos evoco también «En busca del unicornio», de Juan Eslava Galán, que leí por recomendación de Jacobo Zabludovsky en ¿1987, 1988?
    Aldous Huxley relata, en «Un mundo feliz» el pavoroso viaje de Max y Lenina hacia las bárbaras tierras que alguna vez se llamaran América, en tanto que Torcuato Luca de Tena evoca en «El futuro fue ayer» el hipotético viaje de uno de los «descubridores» españoles a lo que hoy llamamos Yucatán.
    En realidad, todo libro es un viaje. Aunque algunos terminen en un malviaje…

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