Librero.

4. Uno que les guste a todos menos a usted.

Difícil categoría porque se trata de escribir sobre libros que odio. Ningún libro merece ser odiado, hasta los panfletos políticos merecen tener un grupo de lectores, aunque éstos sean también unos idiotas como el contenido de ese panfleto. O lo que es lo mismo, a cada libro mediocre le toca sus lectores mediocres y a cada puta su botellazo. En ese sentido si todo mundo recientemente anda por ahí presumiendo que lee 50 Shades of Gray quiere decir que el número de señoras sin actividad sexual y con imaginación desmoralizante se ha incrementado. Si de pronto Rayuela se convierte en tópico de ventas significa que la mercadotecnia llego al mundo de la presunción o bien Cortázar sigue manteniendo a sus herederos a pesar de que éstos -estoy casi seguro- apenas si leen al hombre que los está haciendo acaudalados.

Pensando en qué libros les gustan a todos menos a mí podría colmar esta categoría con los clásicos best-sellers de la temporada: novelas sobre vampiros con la hormona alborotada, refritos de novelas clásicas pero con zombies y muertos en vida, templarios y su hegemonía occidental, conspiraciones políticas, narcotráfico y su secta de autores y temas, apocálipsis mayas y biografías de personajes de renombre farandúlero. Todo esos libros que llegan a la listas de lo más vendido rara vez tienen mi atención, la lista es larga y prefiero evitar esos tristes finales de aquellos árboles que acabaron siendo libros de autoayuda.

Hablemos de un libro en concreto, uno que desde mi reducido circulo social he visto como «libro que casi todos leen». Se trata «Orgullo y Prejuicio» de Jane Austen, libro que comencé a leer y apenas a las 50 páginas abandoné por completo ¿por qué? La época victoriana es uno de los temas que menos me interesan, la recreación del cosmos de ese periodo, el exceso de sentimentalismo en sus personajes, el lenguaje superficial y finalmente la inverosímil moral ajena a la época que supuestamente retrata el libro. En fin, tal vez algún día le dé otra oportunidad a tan renombrada obra o quizá no. Es cosa de evolucionar o involucionar en cuanto a las letras se refiere.

Un pensamiento en “Librero.

  1. No he leído a Austen, aunque no puedo desdeñarla como sí haría con buena parte de la literatura de escusado contemporánea. En cambio, vuelvo la mirada ante las biografías de la estrella del momento. Ni Alfredo Palacios, ni Jenni Rivera, ni Justin Bieber ni otros personajes de la farándula tienen un mensaje para mí.

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